top of page

Riesgo reputacional en peligro

  • Foto del escritor: César Cárdenas
    César Cárdenas
  • 17 jun
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 23 jun

Una controversia internacional ha estallado luego de que el Senado de EE.UU., a iniciativa del senador republicano Tim Scott, aprobara el FIRM Act (Financial Integrity and Regulation Management Act), que elimina la consideración del riesgo reputacional en la supervisión de bancos por parte de reguladores.


Según Scott, esta facultad se había convertido en un arma de doble filo, utilizada por algunos supervisores para cerrar cuentas con motivaciones ideológicas, políticas o por presión reputacional derivada de temas como criptoactivos o figuras controvertidas. El proyecto fue respaldado por asociaciones bancarias y del ecosistema cripto, y ha sido interpretado por algunos analistas como una respuesta directa a casos como la cancelación de cuentas vinculadas a Donald Trump y sus intereses financieros en el mundo de las criptomonedas. De hecho, el propio Trump ha incursionado en el negocio de las stablecoins y tokens, con ingresos superiores a los 50 millones de dólares, lo que alimenta la lectura de que este proyecto de ley protege también sus intereses económicos. que algunos bancos y supervisores podrían utilizar con fines ideológicos o de represalia política. Casos como la cancelación de cuentas a organizaciones vinculadas a la familia Trump ilustran el nivel de tensión: tras los disturbios del Capitolio en enero de 2021, el banco Capital One cerró más de 300 cuentas relacionadas con la Trump Organization, que denunció el hecho como un atentado contra la libertad de empresa y expresión. En Sudáfrica, el imperio empresarial de los hermanos Gupta colapsó en gran parte porque los principales bancos del país cerraron sus cuentas bajo el argumento de preservar su reputación.


ree

Esta también se ha manifestado en el Reino Unido con el caso de Nigel Farage, político británico y exlíder del Brexit Party, que provocó una revisión regulatoria tras denuncias de cierres bancarios motivados por reputación. Estos países han permitido en distintos momentos la aplicación explícita del debanking por riesgo reputacional, lo que ha encendido una alerta global sobre la necesidad de definir con mayor claridad los límites y responsabilidades en el uso de esta figura.


En el Perú no existe aún una regulación específica sobre el debanking por riesgo reputacional, pero sí hay precedentes que muestran cómo esta categoría influye en decisiones bancarias. Informes de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) han llevado al cierre de cuentas de personas o empresas vinculadas a los casos Odebrecht o Club de la Construcción, incluso sin sentencia firme. Aunque estos cierres se justifican por criterios de prevención de lavado de activos, revelan el poder que puede tener la percepción reputacional. La Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) establece lineamientos generales sobre este riesgo, pero no regula su uso como causal de exclusión del sistema financiero. Esto abre una zona gris en la que los bancos pueden actuar sin estándares comunes.


Pero, ¿qué es exactamente el riesgo reputacional? De acuerdo con diversas autoridades financieras internacionales, se trata del riesgo actual o potencial que afecta las ganancias y el capital de una organización debido a percepciones negativas por parte de stakeholders (clientes, inversionistas, reguladores, empleados). Estas percepciones pueden surgir tanto por fallas en la conducta ética como por ineficiencias operativas, decisiones estratégicas impopulares o controversias públicas. En esencia, el riesgo reputacional se manifiesta como la brecha entre el desempeño real de la organización y las expectativas, explícitas o implícitas, de sus grupos de interés. Este riesgo no es autónomo, sino que está fuertemente influenciado por otros riesgos —como los legales, operativos o de cumplimiento— que, al materializarse, pueden generar impactos reputacionales. Se trata de un riesgo transversal, de naturaleza subjetiva, difícil de medir, y muchas veces mal comprendido, precisamente por su dependencia del contexto y de la narrativa pública.


ree

La otra cara de la historia para quienes investigamos el riesgo reputacional está en que, al usarse como justificación punitiva sin un marco técnico claro, puede ser instrumentalizado para censurar, estigmatizar o aislar actores bajo argumentos subjetivos. Lo que en su origen era una herramienta preventiva para fortalecer la integridad institucional, corre el riesgo de transformarse en una categoría opaca, poco trazable y funcional al interés de quien la aplica.


Los dos grandes peligros que enfrenta hoy el concepto de riesgo reputacional son, por un lado, el abuso de su uso por parte de actores con poder de decisión sin criterios claros, y por otro, la distorsión semántica que lo convierte en sinónimo de censura. El desafío es devolverle rigor, anclarlo en marcos de evaluación objetivos y construir una visión integrada como parte de un sistema de riesgos más amplio y responsable.


El riesgo reputacional nació como una alerta sobre malas prácticas. Su futuro depende de no convertirse en un pretexto para malas decisiones.




 
 
 

Comentarios


SUSCRÍBETE A MI NEWSLETTER

¡Sigue descubriendo contenido interesante!

  • LinkedIn

© Todos los derechos reservados. 2025 

bottom of page